Escritura y expresión de las ideas

Durante siglos la Escritura fue sólo un portador del diálogo.

El lenguaje es un registro del funcionamiento del Ser Humano. 

El alfabeto hebreo empezó a usarse abreviadamente sobre pergamino, escribiendo sólo la raíz de la palabra y sin vocales; dada la escala pequeña de los usuarios esta práctica era suficiente; en hebreo, como en la notación maya o mesopotamia, la Escritura daba claves para que otra persona diera vida, reconstituyéndolo, al lenguaje. Al aumentar el número de personas que usaban textos, los escribas hebreos se vieron obligados a ampliar la Escritura con signos que indicaban las vocales. Los lenguajes escritos de derecha a izquierda sólo usan consonantes.

Los Griegos tomaron el sistema consonántico del Hebreo y Fenicio, añadieron las vocales y cambiaron la dirección de la Escritura, primero usando las dos y, después, de izquierda a derecha, en una estructura de carácter secuencial. Como consecuencia, también cambió la función del lenguaje griego; el pensamiento socrático, dialogante, deductivo, especulativo, dio paso a otro basado en el discurso analítico expresado en el texto filosófico.

A propósito de la direccionalidad en la Escritura puede, también, apreciarse el carácter simbólico negativo de la sinistrosidad: hablamos de derechos para referirnos a lo que es bueno para los humanos, como propio de esa mano; en Alemán Richter (que está a la derecha) es juez; en el Nuevo Testamento, al final de los tiempos, después del Juicio Final, los buenos quedarán a la derecha de Dios y los otros a la izquierda.

Hoy la preponderancia de la derecha en la Escritura tiende a disminuir porque no satisface globalmente y porque Escrituras parciales reemplazan la general en nuestra civilización sin texto.

La diseminación y validación de ideas depende de la viabilidad del soporte en el que se expresan; por ejemplo, las ideas expresadas en la Escritura pueden comprobarse fuera de su contexto original.

En la Red no necesitamos nada más que una contraseña para acceder a la información fuera de los marcos del tiempo y del espacio. La Escritura no puede funcionar con tan amplios parámetros. El dominio de las alternativas constituye la civilización sin texto.

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