Podemos visualizar la problemática del profesorado en tres puntos : la formación del profesor, su pobre remuneración y un inexistente marco normativo.
Los docentes peruanos atraviesan por un serio problema de calidad, mermado por la flexibilidad de las normas de los noventa que daban potestad a la creación de centros para la formación de docentes. El aumento de Institutos Superiores Pedagógicos (ISP), de baja calidad y poco alumnado ha llevado a que la oferta de profesores supere la demanda.
Las remuneraciones no van vinculadas al desempeño ya que un profesor eficiente puede tener un pago igual al de uno ineficiente, esto se debe a que el marco normativo vigente no penaliza la ineficiencia ni premia la eficiencia
Tercero, la Ley del Magisterio, que espera ser modificada, fue promulgada en 1984. Esta ley tiene como características principales: estabilidad laboral absoluta del profesor nombrado, se impide la creación de incentivos basados en el desempeño donde los ascensos proceden de acuerdo a la antigüedad del docente, sólo se admite evaluaciones a profesores para ascensos y/o mayor sueldo, no permite movilidad de los maestros de acuerdo con las necesidades del sistema y un docente puede ser nombrado sólo si posee título profesional en la carrera de educación convirtiéndose en un desincentivo para que profesionales de otras especialidades ingresen al magisterio.
Finalmente, el entrampamiento político en el que se encuentra actualmente este sector no le hace nada bien a una educación como la peruana que se halla mal ubicada a nivel internacional. La solución al problema educativo, debería buscar soluciones innovadoras tanto por el lado de la demanda y como de la oferta.
En la actualidad la remuneración de un maestro es muy baja, esto va a llevar a que se tomen como medida el "valor de consumo" que significa conseguir el titulo profesional tan solo para encontrar un trabajo, dejando así de lado el “valor de uso”, por el cual el maestro era un profesional en toda la dimensión de la palabra ya que amaba su carrera y la ejercía por gusto propio.
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