McLuhan dijo que para Occidente, la Racionalidad ha significado uniforme, contínuo y secuencial. En otras palabras, hemos confundido razón y Escritura, y racionalismo con una única tecnología.
Los planos de arquitectos, ingenieros, artesanos y diseñadores pertenecen a un marco práctico que une la cultura oral (instrucciones de los que dan cuerpo al plan) con la visual. Los planos, y otro tipo de imágenes, son unidades globales que es difícil comparar a un texto.
La Afasia convierte el texto en una imagen; el afásico sólo ve líneas, intersecciones y formas; las ideas expresadas bailan como edificios durante un terremoto. Hoy encontramos este proceso de deconstrucción a nivel colectivo: la Escritura se desgaja y convierte en pintadas (o graffiti); el metro de Nueva York se convierte en un periódico, o libro, en marcha; a la mayoría de la gente no le gustan las pintadas porque atacan el sentido de orden y claridad que la Escritura expresa, pero a otros les gusta; la música rap es el equivalente musical de la pintada; los mensajes en las autopistas de la información, desde el correo electrónico a las páginas web, tienen esas mismas y afásicas características: hay la obsesión por lo concreto.
Esta afasia colectiva es un síntoma de los cambios que experimenta el nivel de conocimiento de las personas que se implican en esas prácticas.
Cada vez hay más lenguajes privados y más códigos que circulan entre personas escapando a toda forma de regulación. Por la navegación en la red, la Escritura es cuestionada por Escrituras parciales y transitorias, burlada por su vaciedad aunque no descartada.
Puede plantearse si la experiencia de la Escritura contribuye a nuestra progresiva pérdida de determinación; por una parte pierde potencial, por otra se ve asaltada por otros medios expresivos; por ejemplo: el establecimiento de un vago significado de democracia lleva a contextos duros, como conflictos armados.
También otros quieren liberar el lenguaje de cualquier contexto,mediante la demagogia y los fundamentalismos; a la vez hay un relativo florecimiento del mercado de la vaguedad y la ambigüedad mediante adivinos, horóscopos, tarot…, todo lo que refleja la desviación de la función del lenguaje.
El crecimiento de la comunicación oral y visual, de base tecnológica, define nuestra nueva condición humana posterior a la Escritura. La transición del oral al escrito correspondió a un cambio desde el nivel pragmático afectivo al nivel pragmático racional de relaciones lineales entre la gente y su entorno; este cambio se situó en la evolución desde lo sincrético a lo analítico. Ahora, la transición desde la Escritura a las Escrituras, se corresponde con la pragmática de las relaciones no lineales, resultando de la evolución de lo analítico a lo sintético. Esta trayectoria se refiere a la cultura europea.
Las culturas del Extremo Oriente tienen lenguajes que presentan más que explican. En China lo preeminente es el acto y se refleja en la posición central del verbo; en cambio, en las culturas europeas, el principal instrumento de pensamiento es el nombre, expresando un valor universal, invariable. Así, la cultura europea ha conquistado el conocimiento del control del mundo (exterior a nosotros), mientras que los Orientales han llegado al conocimiento de sí mismos y al auto-control. Si ambas culturas fueran a unirse debería haber cambios en sus respectivos lenguajes, como los que se van produciendo en los recursos de base computacional que hemos ido señalando.
Cada país se ve confrontado con los grandes cambios: la economía global requiere nuevas relaciones entre naciones y culturas, adecuadas a la nueva escala de la actividad humana.
El multiculturalismo se corresponde con la dinámica de la civilización sin texto: la nueva condición provoca nuevas habilidades, nuevas formas de proyectar la propia identidad, siempre poniendo el énfasis en el futuro y considerando el pasado irrelevante.
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